La historia real de un maestro que está haciendo la diferencia con TOMi.

En la escuela primaria Presidente Ávila Camacho, en Campeche, México, algo extraordinario está sucediendo. Es una historia de visión, perseverancia y, sobre todo, de cómo la tecnología, cuando se pone en las manos de un maestro apasionado, puede transformar no solo las calificaciones, sino las vidas de sus estudiantes. Esta es la historia del maestro Juan.

Una Búsqueda de más de 15 Años por la Motivación

Hace casi 2 décadas, el maestro Juan Martínez ya sentía la inquietud que muchos docentes comparten: ¿cómo hacer que los alumnos estén más motivados, más interesados y que aprendan de forma más rápida y efectiva? Su búsqueda lo llevó a explorar incontables metodologías en internet hasta con sus propios recursos conseguir equipos de segunda mano para implementar con sus estudiantes y en 2019, encontró algo que integraría todo: TOMi.


“Me pareció una opción muy buena, y una alternativa bastante eficiente y divertida para implementar en las aulas”, recuerda el maestro Juan. Al principio, comenzó a usar TOMi Digital como una actividad extracurricular. Las clases se volvieron más animadas y los niños jugaban y aprendían desde casa con sus propios dispositivos. Era una experiencia bonita, pero el verdadero potencial de TOMi estaba a punto de revelarse de una forma que nadie esperaba.

La Pandemia: Una Prueba de Fuego

Cuando en 2020 la pandemia obligó a cerrar las escuelas, el pánico se apoderó del sistema educativo. Sin embargo, para los alumnos del maestro Juan, la historia fue diferente. “Sin quererlo y sin saberlo, nosotros y nuestros niños ya estábamos preparados”, comenta. Lo que antes era un “juego” extracurricular se convirtió en la columna vertebral de su educación a distancia.


Gracias a TOMi.Digital, las clases en línea fueron una transición fluida y eficaz. Los niños ya estaban familiarizados con la plataforma, participaban con interés y, crucialmente, los padres podían ver un resumen diario del avance de sus hijos. TOMi no solo salvó el año escolar, sino que demostró ser una herramienta fundamental para el aprendizaje real y medible.

El Gran Experimento: Una Generación Formada con Tecnología

La historia de éxito más contundente del maestro Juan comenzó en 2016 con una idea ambiciosa: tomar un grupo desde primer año y acompañarlo durante los seis ciclos de primaria, integrando la tecnología como pilar fundamental de su aprendizaje.


Año con año, vio cómo sus estudiantes desarrollaban habilidades complejas. Esta evolución lo llevó a buscar herramientas más potentes, y fue así como en tercer año de este proyecto, integró de lleno TOMi.Digital en su plan de estudios. Para cuando estos alumnos llegaron a quinto y sexto grado en plena pandemia, ya eran expertos en el aprendizaje en línea.


En 2022, esta generación se graduó. No solo estaban académicamente adelantados, sino que llegaron a la secundaria con un arsenal de herramientas digitales y una mentalidad diferente. “Son niños que por sus habilidades y capacidades han sido reconocidos, nombrados jefes de grupo y han hecho la diferencia”, relata con orgullo. Incluso, al encontrarse con métodos de enseñanza tradicionales, “lograron contagiar a sus otros compañeros de esta necesidad tan bonita y estas habilidades que tenían para poder seguir aprendiendo juntos”.

Resultados que Hablan: Campeones de las Olimpiadas del Conocimiento infantil

El impacto de esta metodología no es solo una anécdota; se traduce en logros espectaculares. En Campeche, la Olimpiada del Conocimiento Infantil reúne a casi 14,000 estudiantes cada año, de los cuales solo los 40 mejores llegan a la final estatal.


2022: Su alumno Francisco, del grupo que formó durante seis años, ganó todas las etapas y se coronó como el campeón estatal en primer lugar. Un logro monumental que validó todo el esfuerzo.
2023: La fórmula se repitió. Su alumno Mariano quedó entre los cinco mejores del estado.
2025: La historia continúa. Su alumno Ángelo ya ganó las etapas de escuela y sector, asegurando un lugar entre los cinco mejores a nivel estatal.

Estos resultados demuestran un patrón de éxito sostenible. “Hay niños que descubren su talento y se sienten motivados, y empiezan a querer más información y más”, explica el maestro.

Una de las herramientas del Éxito

En el aula del maestro Juan, TOMI8 es el centro de la magia. No es solo una pizarra digital interactiva; es una ventana a un aprendizaje sin límites. “Puedo disfrutar con los alumnos una animación en 3D donde podemos ver el cuerpo humano en todas sus partes, manipularlo. Esa interactividad hace que su aprendizaje sea mucho más efectivo y divertido”.
Además, herramientas como la calificación instantánea le permiten analizar qué preguntas fueron más difíciles y reforzar esos temas de inmediato, compartiendo los resultados con los padres de familia.


Este legado es visible en su “Muro del Tommy”, un espacio donde cada generación de “Tominautas” —alumnos que egresan habiendo usado la plataforma— deja su huella, un recordatorio visual del impacto duradero de esta forma de enseñar.



El maestro Juan sabe que el principal obstáculo para la innovación educativa es el “temor a lo desconocido”. Su mensaje para otros docentes es claro y directo: “Lo único que podemos romper es nuestro temor y nuestro miedo a avanzar. Les invito a que den ese paso. Siempre va a haber un maestro o una maestra que ya pasó por eso y siempre les va a tender la mano”.
A los padres de familia, les pide que apoyen a sus hijos y a los maestros en este viaje. “Todo esfuerzo por nuestros nenes siempre valdrá la pena. Van a ver ustedes que el día de mañana serán niños exitosos, con un futuro realmente muy prometedor”.


La historia del maestro Juan en Campeche es una prueba viviente de que, con la visión correcta y herramientas como TOMi.Digital y TOMi8, la educación en México no solo puede mejorar, sino alcanzar niveles de excelencia que inspiren a toda una nación.